Consecuencias
del Divorcio
cuando lo promueve el esposo
-
Dios destruirá la
obra de sus manos.
Un hombre renuncia a su potencial para
el éxito cuando se divorcia de su esposa. Al violar
sus votos nupciales está invitando el juicio de Dios
sobre la obra de sus manos.
Eclesiastés 5:6.
-
Hace que los
pecadores blasfemen el nombre de Dios.
Cuando los
cristianos no viven conforme a las elevadas normas
bíblicas, “...el nombre de Dios es blasfemado entre
los gentiles...” Romanos 2:24. Quienes
rechazan las normas morales de Dios, pueden
justificarse a sí mismos al ver que un cristiano viola
las normas de Dios para el matrimonio.
-
Hace que otros los
juzguen.
El divorcio es un juicio contra el
cónyuge. Es lo contrario del discernimiento y la
restauración. Por este motivo Dios advierte que
cualquiera que juzga a otro será juzgado, porque es
culpable de las mismas cosas.
Romanos 2:1-3.
-
Manifiesta que carece
de amor genuino.
El Señor
Jesucristo explicó claramente a los fariseos impíos,
que cualquiera que repudia a su esposa es culpable de
“dureza de corazón.” Mateo 19:8. Pero el
amor genuino “..todo lo sufre..todo lo espera, todo
lo soporta” I Corintios 13:4-8.
-
Sufre debilidad en su
alma.
El hombre que se divorcia de su esposa
pudiera conseguir lo que desea, pero Dios enviará
debilidad en su alma. Salmo 106:5. Esto
hará que carezca del deseo y el poder para comprender
“el alimento sólido de la Palabra,” o para ser
conformado a la imagen de Cristo.
Romanos 8:29; Hebreos 5:12-14.
-
Hace que su esposa
cometa adulterio.
Cristo enseña claramente que el hombre
que repudia a su mujer es culpable de hacerla
adulterar, si ella llega a tener relaciones físicas
con otro hombre. “El que
repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación,
hace que ella adultere...”
Mateo 5:32.
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Niega a sus hijos una
instrucción vital.
Los hijos
deben poder observar cómo su padre enfrenta los
conflictos maritales
conforme a principios bíblicos, y cómo los usa como
medios para desarrollar
humildad y carácter piadoso.
I Timoteo 4:12.
-
Obliga a sus hijos a
tomar partido.
Al separarse de su esposa, el hombre
obliga a sus hijos a dividir su lealtad. Las acciones
de él los impulsa a asumir ofensas y amargarse
profundamente. Cuando los padres pelean, los hijos
tienen “dos amos” y “ninguno
puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno
y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al
otro...” Mateo 6:24.
-
Siembra semillas de
culpabilidad y amargura.
Sus hechos no
sólo producen profunda culpabilidad y amargura para si
mismo, sino
que siembran semillas de culpabilidad y
amargura en su esposa, hijos, padres,
suegros y amistades íntimas de ambos lados
del matrimonio.
-
Deja de ser hombre de
palabra.
Un hombre sólo vale lo que vale su
palabra. Por eso es que el hombre será juzgado por
sus palabras. “Porque por tus
palabras serás justificado, y por tus palabras serás
condenado.”Mateo 12:37.
-
Se descalifica para
el liderazgo en la iglesia.
Un hombre manifiesta que no es apto par
el liderazgo en la iglesia, cuando no puede
administrar su propia familia.
“Pues el que no sabe gobernar su propia
casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?”
I Timoteo 3:5.
-
Destruye el mensaje
del matrimonio.
El mensaje espiritual del matrimonio es
manifestar el amor de Cristo por la iglesia. Cristo
no va a repudiar a su novia, la iglesia aun cuando
ella adultere. Efesios
5:22-32.
-
Descuida la “limpieza
de su esposa” mediante la Escritura.
Dios tiene al marido por responsable de
la purificación de los deseos, actitudes y acciones de
la esposa mediante el uso de las Escrituras. Debe
“santificarla y purificarla” con la Palabra de Dios.
Efesios 5:25-26.
-
Se hace culpable de
asumir la venganza que es de Dios.
Cuando un hombre se divorcia de su
esposa, está formando en sus manos la venganza que
pertenece únicamente a Dios.
“Mía e la venganza, yo pagaré, dice el
Señor” Romanos 12:19.
-
Renuncia a la
purificación del sufrimiento.
Los conflictos en el matrimonio causan
sufrimiento. Sin embargo, Dios ha diseñado este
sufrimiento para purificar las motivaciones y el
carácter del marido, para que Dios lo pueda
recompensar con la gloria de la sabiduría y gracia
divinas. I Pedro 4:1,12,13
-
Se expone a nuevas
tentaciones.
Dios
quiere que los impulsos sexuales del hombre sean
satisfechos dentro del matrimonio. I Corintios
7:1-9. Cuando el esposo se divorcia de su
mujer, se vuelve extremadamente vulnerable a las
tentaciones de los pensamientos y actos impuros con
otras mujeres.
-
Deshonra a sus
padres.
El divorcio es una vergüenza pública para los padres.
Daña su reputación y los
obliga a cargar con el pesar y la vergüenza
de haber fracasado con su hijo. Dios hace
advertencias severas a aquellos que
deshonran a sus padres.
Proverbios
20:20;
Mateo 15:4.