"El
Dolor Del Divorcio"
“Por
tanto, lo que Dios juntó, no lo separe
el hombre.”
(Marcos 10 :9)
Había
silencio en el círculo que se formó alrededor de la
fogata, excepto por el sonido ocasional del gemido de
un adolescente. Durante el tiempo de compartir por la
noche, la conversación de alguna manera había llegado
al tema del divorcio. El dolor fué evidente cuando
joven tras joven compartió las experiencias de
divorcio que había en su familia: el rechazo de un
padre, el abuso físico y emocional, la soledad.
Mientras
nos encontrábamos allí sentados en silencio, nuestro
pastor de jóvenes habló en voz baja y dijo :
“Recuerden esta noche dentro de 20 años si están
considerando el divorcio. Recuerden el dolor que causa.”
Todavía
lo recuerdo....
Las
estadísticas indican que muchos no son conscientes del
dolor. La mitad de los matrimonios termina en divorcio,
y las parejas no están pensando en el problema que
puede causar; solamente están pensando en salir de la
situación... y rápido.
Pero
Dios no se toma a la ligera el compromiso del
matrimonio. En los días de Jesucristo, los hombres se
podían divorciar de sus esposas por la razón más
insignificante. Pero Jesús quería poner fin a eso y
recordar a quienes lo escuchaban que Dios quería
justicia y pureza en todas las áreas de la vida. De
ahí la enseñanza que tenemos hoy.
Esto no
es para condenar a aquellas familias que han sufrido
por causa de un divorcio. Jesús vino a traer perdón,
no condenación. Y existen razones bíblicas para el
divorcio, como la infidelidad y la deserción.
Pero
mientras consideras a tu futuro compañero, haz un
compromiso al mismo tiempo. Prométete a ti mismo que
harás todo lo posible para que tu matrimonio funcione.
Deja que el recuerdo del dolor del divorcio, ya sea
que lo hayas experimentado o que lo hayas visto, te
impida cometer el mismo error.