Los
nuevos papás.
Porque ser
padre hoy es una aventura diferente
¿Qué
diferencias hay entre los padres de ayer y los de hoy?
Está claro que la incorporación de la mujer en el mundo
laboral ha alterado las formas de organización familiar.
Los padres participan como nunca de los deberes y los
placeres que significa ver crecer a un
hijo. Hoy
es un buen día para pensar en ellos, en nuestros padres y
en aquellos que comparten la tarea de ser padres con
nosotras. A vosotros, ¡felicidades!
Los padres de ayer
Las
tareas que realizaban nuestras madres y nuestros padres
estaban perfectamente delimitadas. A cada sexo le
correspondía, según el orden de las cosas en aquel momento,
unas actividades concretas. En la mayoría de los casos,
las madres se quedaban en casa para cuidar de sus hijos y
de la casa. Los padres, en cambio, tenían una vida
profesional fuera del hogar destinada a cubrir las
necesidades materiales de toda la familia. La madre
cuidaba de un mundo interior que invitaba a la reflexión y
el padre vivía inmerso en un mundo exterior donde la
acción es lo más importante.
Estas
diferencias se reflejaban irremediablemente en la
educación de los hijos. El niño atribuía de antemano roles
determinados a cada género. Pero no solo eso. Las madres
conocían a la perfección el perfil emocional de sus hijos,
un segundo era suficiente para detectar un estado de ánimo.
Los padres, en cambio, se preocupaban de que sus hijos
fueran buenos estudiantes, imprescindible para
desenvolverse con aplomo en el mundo exterior pero conocer
sus sentimientos quedaba fuera de su alcance. Había la
extraña noción de que los hombres no sabían de esas cosas
y sí sabían pero era mejor no enseñarlas.
Los padres de hoy
En muchos
casos estos roles siguen bien asentados en nuestra
sociedad. En otros, los cambios son evidentes. Cuando el
padre y la madre trabajan, tener un
hijo se vive como una experiencia común en la que ambos
comparten responsabilidades a todos los niveles. Los hijos
ya no se dirigen al padre para temas profesionales y a la
madre para temas sentimentales y si lo hacen, es fruto de
afinidades que se construyen con el tiempo y la proximidad.
Un ejemplo que demuestra que las
cosas han cambiado y siguen cambiando es la posibilidad
que actualmente tienen los padres de coger la baja
paternal. Aunque lo más normal es que la mujer coja la
baja porque después del parto necesita descansar, algunos
hombres se plantean disfrutar de su paternidad durante
algunos meses mientras la mujer continúa con su vida
profesional.
En definitiva, lo positivo es que no
atribuyamos roles de antemano, que los padres participen
en todo momento y de todos los aspectos del crecimiento
del niño, que encuentren la mejor forma de organizarse y
lo más importante, que disfruten de algo tan maravilloso
como es tener un hijo.
¡Felicidades a todos los papás!