La
hora de su juicio es venida
Juicio. Está claro que ha de haber un juicio. La pregunta es cuándo.
Sabemos que el mismo debe preceder el segundo advenimiento de Jesús
pues Él mismo, en el libro de Apocalipsis afirma:
He aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo (Apocalipsis
22:11, 12).
El juicio, entonces, debe producirse en algún momento entre su
primera venida y la segunda, pues cuando Él venga, va a traer consigo
su galardón.
Si analizamos el Plan de la Redención contenido en el sistema de
fiestas y ceremonias relacionadas con el santuario original del pueblo
de Israel, podremos notar que un año judío representaba el plan de
Dios para la expiación de los pecados de inicio a fin. La idea detrás
de este sistema de fiestas y ceremonias era, primero, propiciar la
santificación del pueblo por su fe en el verdadero Cordero de Dios en
tanto se producía el tiempo indicado para el advenimiento de Jesús y
el inicio del cumplimiento del plan de acuerdo a los ritos del ritual
simbólico; y segundo, permitir que pudiesen identificar el
cumplimiento del mismo por los "tipos" que durante siglos
habían venido practicando. (Le invitamos a leer los artículos que,
con el tema de las Santas Fiestas y el Santuario tenemos en nuestra
sección: EL SANTUARIO Y EL PLAN DE REDENCION)
Por lo tanto si:
. . .La Fiesta de la Pascua cumplió el sacrificio de Jesús
y el inicio del Plan de Redención (la muerte del cordero según los
ritos del santuario);
La inmolación del cordero pascual prefiguraba la muerte de
Cristo. San Pablo dice: "Nuestra pascua, que es Cristo, fue
sacrificada por nosotros."(1 Corintios 5: 7.)
. . .la Fiestas de los Panes sin Levadura cumplió su muerte/sepultura,
ya que como el pan, sin levadura, Cristo murió sin pecado y su cuerpo
no vio corrupción;
Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto
es mi cuerpo, que por vosotros es dado; (Lucas 22:19)
"Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que
su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción".
(Hechos 2:31)
. . .la Fiesta de Primicias cumplió su Resurreción (ambas,
la Fiesta de los Panes y la de las Primicias están representadas en
la fuente -o lavacro- del santuario);
Ahora Cristo ha resucitado de los muertos, primicia de los que
durmieron. (1 Corintios 15:20)
. . .y la Fiesta de Pentecostés cumplió su investidura como
Sumo Sacerdote (entrada al lugar Santo según el ritual simbólico
del santuario);
Así que exaltado por la diestra de Dios, y habiendo
recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto
que vosotros véis y oís. Habiendo recibido del Padre la promesa
del Espíritu Santo. (Hechos 2:33)
Este pasaje, cita de Salmos 110-4:
. . .entonces, el Día de Expiación representa su entrada al
lugar santísimo y último paso previo a su advenimiento (la
purificación del santuario según el último rito simbólico). Veamos:
Empero á los diez de este mes séptimo será el día de las
expiaciones: tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras
almas, y ofreceréis ofrenda encendida á Jehová. Ninguna obra
haréis en este mismo día; porque es día de expiaciones, para
reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios. Porque toda
persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de sus
pueblos. (Levítico 23:27-29)
Después de todo, la reconciliación debe preceder la venida
de Cristo con el galardón.
Este cumplimiento, que no se produjo en el tiempo comprendido en
los cánones de las Sagradas Escrituras, fue profetizado por el
profeta Daniel en su libro:
La alusión al santuario es evidente; la purificación del
santuario era el último paso en la obra expiatoria, día en que
el sacerdote purificaba el lugar santísimo, el más importante lugar
del santuario, depositario de la Ley de Dios. Este era contaminado por
los pecados confesos del pueblo durante todo el año, por lo que, como
último paso para la reconciliación, el mismo debía ser limpiado.
Definitivamente esta profecía advierte el momento en que se
cumplirá en Cristo este evento. El mismo Daniel un poco antes en su
libro, ya afirmaba:
Estuve mirando hasta que fueron puestas sillas, y un Anciano
de grande edad se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y
el pelo de su cabeza como lana limpia; su silla llama de fuego, y
sus ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de
delante de él, millares de millares le servían y millones de
millones asistían delante de él. El juez se sentó, y los libros
se abrieron. (Daniel 7:9,10)
Siendo que nuetro destino eterno depende del desenlace de este
juicio, ¿No debíamos estudiarlo de modo que, conociendo el tiempo en
que vivimos y lo que se espera de nosotros, hagamos la preparación
debida?