¿Quién es la
Babilonia del Apocalipsis?
Dr. Fernando Chaij
Pese a algunos beneficios evidentes que ha
reportado al mundo el movimiento ecuménico de nuestros días, éste
entraña peligros tan grandes que hace que el saldo resulte totalmente
negativo. Al sacrificarse la verdad espiritual tal como se halla en la
Bíblia, en aras de la unión institucional de las iglesias, resuelta
por sus organismos jerárquicos, se desconocen las convicciones
religiosas de una gran cantidad de cristianos cuya conciencia les
exige lealtad a Dios, a su Palabra y a sus mandamientos antes que a la
jerarquía de una iglesia.
Por otra parte, la tendencia natural del ser humano hará que la
superiglesia, oficial, institucionalmente unida, desemboque en un
monopolio religioso que, como todo monopolio, forzosamente será
absorbente e impositivo, ya que por fin intentará exigir la adopción
universal de dogmas y enseñanzas que la Biblia desconoce.
Este doble peligro, que documentamos en nuestros artículos anteriores
con declaraciones de destacadas figuras del mundo católico y
protestante, se halla también señalado en la Biblia.
En el libro del Apocalipsis se describen con una antelación de siglos
los sucesos más dramáticos del mundo político y religioso, hasta la
culminación del proceso histórico con la segunda venida de Cristo a
la tierra, solución final de todos los problemas humanos.
En ese libro se usa con frecuencia la expresión "Babilonia",
procedente de "Babel" confusión-, para referirse a un
cristianismo popular, confundido y apostatado separado de la verdad un
cristianismo que en lugar de iluminar esparce tinieblas. Ese
cristianismo decadente y desorientado ha sufrido y está sufriendo los
embates de varias corrientes filosóficas y teológicas modernas: la
alta crítica, el modernismo religioso y el humanismo existencialista,
que han quitado a Dios y a Cristo del centro de la vida del hombre y
han puesto al yo humano en su lugar.
Existe sin embargo otro aspecto importante en la identificación de
Babilonia. A Babilonia se la re-presenta en la Biblia por una mujer (Apocalipsis
17:1-6).
En realidad, en las Escrituras se usa genéricamente el símbolo de
una mujer para representar a una iglesia u organización religiosa. En
el caso de la auténtica iglesia de Dios, se emplea la figura de una
mujer pura. He aquí cómo San Juan describe este símbolo maravilloso:
"Apareció en el cielo una gran señal: una mujer [la iglesia]
vestida del sol [el Nuevo Testamento], con la luna [el Antiguo
Testamento] debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce
estrellas [los doce apóstoles]" (Apoca-lipsis 12: 1).
Pero también en las series proféticas del Apocalipsis se usa la
figura de tina mujer para representar a una iglesia apóstata, sólo
que en este caso se trata de una mujer impura, de una ramera. Para que
tengamos todo el cuadro profético que nos ayude a identificar a
Babilonia, transcribimos todo el pasaje:
"Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete
copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, Y te mostraré la
sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas
aguas [pueblos]; con la cual han fornicado los reyes de la tierra [aceptando
sus enseñanzas y dogmas erróneos], y los moradores de la tierra se
han embriagado con el vino de su fornicación [sus falsas enseñanzas].
Y me llevó en el espírtu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre
una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete
cabezas y diez cuernos.
Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro,
de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro
lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su
frente un nombre escrito, un misterio: Babilonia la grande, la madre
de las rameras y de las abominaciones de la tierra.
"Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre
de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran
asombro" (Apocalipsis 17:1-6).
En este pasaje profético, donde se usan una cantidad de símbolos
perfectamente claros y explicados por otros textos de la Biblia, se
denomina "Babilonia la Grande" a una mujer, que es una
iglesia u organización eclesiástica.
¿Cuáles son las características objetivas que la
profecía presenta acerca de Babilonia, y la mujer adúltera, la
iglesia impura? Veamos:
1) Está sentada sobre muchas aguas (Vers. l). Y el
mismo apóstol explica: "Las aguas que has visto donde la ramera
se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas" (Vers.
15). En otras palabras domina el pensamiento de los pueblos.
2) Con ella han fornicado "los reyes de la
tierra", y "los moradores de la tierra" se han
embriagado con su vino. Es decir que esa iglesia se ha hecho
universal.
3) La "mujer sentada sobre una bestia" (Vers.
3), representa a una iglesia que maneja al gobierno. Las bestias en
profecía representan Estados (Daniel 2 y 7). El jinete maneja al
animal sobre el cual cabalga. El que la iglesia cabalgue sobre la
bestia, implica que la domina, la maneja y la obliga a actuar según
sus dictados. Sólo así se hace posible la coacción religiosa y las
persecuciones. Hay unión de la iglesia y el Estado, pues es una
iglesia que trata de ejercer predominio político siempre que puede.
4) La mujer tenía en la mano un cáliz que contenía el fruto de sus
abominaciones y fornicaciones (Vers. 4). Dicho de otra manera,
Babilonia se caracterizaría por una serie de doctrinas espurias,
falsas cuando se las juzga con la Biblia, suprema norma de fe y piedra
de toque de la verdad.
5) Esta mujer impura es "madre de las rameras
y de las abominaciones de la tierra" (Vers. 5). Ella misma es
"Babilonia la grande". No sólo ella sostiene un cuerpo de
doctrinas confundidas (Babilonia sig-nifica confusión) y erróneas,
sino que una serie de otras "mujeres" -sus hijas-, iglesias
menores, han sido atraídas por ella y han hecho causa común con ella,
de manera que, aunque conserven su propia individualidad, no objetan
sus dogmas, y se hallan perfectamente identificadas con sus fines y
sus procedimientos.
6) Babilonia está ebria de la sangre los mártires
de Jesús (Vers.6) Corrompida por el monopolio religioso, el poder,
mundial, la popularidad, la unión con otras iglesias y la unión con
el poder civil, comienza a imponer sus dogmas. Como muchos cristianos
sinceros no aceptan sus imposiciones, y prefieren mantener su lealtad
a Dios, su Palabra y su Ley, son perseguidos, y se convierten en
mártires.
Utilizando un signo profético diferente, otra profecía del
apocalipsis habla de este mismo clima de persecución, indicando hasta
que punto iría (Apoc. 13:11-17).
Los que no aceptacen las exigencias de carácter religioso perderían
sus derechos civiles fundamentales, no podrían comprar ni vender. No
sólo se verían del todo proscritos sino que se decretaría contra
ellos sentencia de muerte que, gracias a Dios no lograría cumplirse
porque Dios intervendrá a favor de sus hijos fieles.
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7) La última escena de esta profecía descrita en el capítulo
si-guiente (cap. 18:6-24), y presenta el juicio y la destrucción de,
Babilonia.
Sin embargo, antes de la destrucción propiamente dicha por la
intervención divina, con motivo de la segunda venida de Cristo a la
tierra, la profecía habla de una caída espiritual o ideológica. He
aquí el pasaje:
"Después de esto vi otro ángel descender del
cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó
con voz potente: Ha caído, ha caído la gran Babilonia"
(Apocalipsis
18:1, 2). Y en el capítulo 14 el profeta registra el mismo mensaje,
proclamado por ángel que surca raudalmente los cielos: "Otro ángel
le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad,
porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su
fornicación" (Cap. 14:8).
Estamos asistiendo en estos días a la escena impresionante de la caída
de Babilonia. La tierra esta comenzando a ser alumbrada con la gloria
de Dios (cap. 18:1) y lo será mucho más y completamente en el
inminente futuro por la presentación clara y valiente del mensaje
divino, el Evangelio eterno (cap. 14:6), puro, tal como aparece en la
Biblia, sin mezcla de "inmundicia y fornicación"
espiritual.
Cuando brilla la luz, las tinieblas retroceden Y se disipan. Ante el
conocimiento de la verdad, el error se desmorona. El ángel que
ilumina la tierra en base a la predicción del evangelio eterno
produce automáticamente la caída de Babilonia.
Pero el broche de oro de ésta profecía se halla en estas palabras:
Ha
caído, ha caído la gran babilonia... salid de ella, pueblo mío,
para que no seáis participes de sus pecados, ni recibáis parte de
sus plagas" (Apocalipsis 18:2-4). El hecho de que Dios llame a su
pueblo a salir de Babilonia significa que él tendrá una hueste de
hijos suyos, sinceros y piadosos, esparcidos en los más diversos
sectores religiosos, que oirán la invitación y cumplirán lo
profetizarlo por el Señor Jesús: "También tengo otras ovejas
que no son de este redil aquellas también debo traer, y oirán mi
voz;
y habrá un rebaño y un pastor" (S. Juan 10:16).
En una hora cuando la inmensa mayoría de la humanidad prefiere seguir
el camino fácil de la obsecuencia con las tradiciones populares y la
conformidad jerárquica, la palabra de Dios lanza con voz de trompeta
un desafío para que cada ser humano echo a la imagen de Dios
investigue la verdad bíblica por su cuenta, y escuche la advertencia
solemne a salir de Babilonia con sus errores y su confusión sólo así
se puede evitar el trágico destino de verse envuelto en su destrucción
para transitar en cambio por el único camino que conduce a la paz de
este mundo y a la felicidad eterna en el reino de Dios.
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