El
mensaje que Pablo presentó al corrompido gobernante Félix y su
esposa Drusila, es uno de los más solemnes que registra la Biblia.
Le habló de la "fe en Jesucristo" y su amor redentor, pero luego
disertó sobre "la justicia, el dominio propio y el juicio venidero".
Félix se espantó ante la perspectiva de comparecer ante el juicio
de Dios, pero no se arrepintió. La Biblia enseña que todos
habremos de comparecer ante el juicio final. No hay porque
espantarse. Debemos hacer de Jesús nuestro Salvador y Abogado, y
él purificará nuestras vidas, a fin de pertencer al grupo redimido.
(Texto
completo) Audio
(Real)
(Real/SMIL)
(Windows
Media) (Descargue)
|